Geólogo en el Departamento de Química Analítica de la UPV/EHU, donde elabora su tesis doctoral en ciencias del espacio. Su investigación aborda la geoquímica planetaria, analizando materiales extraterrestres. Ha participado, entre otras, en misiones para la NASA, ESA y Agencia Espacial Canadiense para estudiar Marte y la Luna.

«En el futuro que yo estoy construyendo... los límites del conocimiento humano se han ampliado gracias a la conexión de la exploración espacial con el progreso científico, tecnológico y social».

En mis misiones Mars2020 y Rosalind Franklin he comprobado cómo la investigación espacial impulsa el conocimiento y genera un impacto directo en Euskadi: por cada euro invertido, retornan entre siete y diez euros en forma de innovaciones tecnológicas y empleo cualificado. Estas exploraciones refuerzan nuestra capacidad de colaborar con agencias como la NASA y la ESA, elevando el prestigio científico de la comunidad autónoma y posicionando a Euskadi como un actor relevante en el ámbito internacional.

Sin embargo, la inestabilidad laboral limita la continuidad de proyectos estratégicos y empuja a muchos investigadores a buscar oportunidades fuera. Por eso, sueño con un Euskadi que ofrezca contratos estables, salarios justos y un entorno colaborativo donde Gobierno, universidades y empresas compartan recursos, conocimiento y objetivos comunes.

Me ilusiona imaginar un futuro para la disciplina de investigación de Euskadi, que permita a jóvenes científicos desarrollar su talento aquí sea cuál sea su procedencia para convertir así a la Comunidad Autónoma Vasca en un referente europeo en exploración espacial y tecnología.