Integrador social con parálisis cerebral, comprometido con lograr una inclusión plena. A través de divulgación en redes sociales promueve la ruptura de estigmas para derribar tópicos sobre discapacidad. Reivindica un trato justo, empoderador e inclusivo para todas las identidades, abandonando el paternalismo.

«En el futuro que yo estoy construyendo... la discapacidad será comprendida sin mitos ni paternalismos, con apoyos reales que se basen en el respeto y la justicia y garanticen un acceso igualitario a la vivienda, ocio y trabajo».

Creo que la accesibilidad debe ser la norma, no la excepción. Por eso, reivindico una vivienda digna y asequible para todas las personas con discapacidad, conscientes de que nos enfrentamos a esta crisis desde una posición especialmente vulnerable, ya que la remuneración a la que solemos acceder es, en muchos casos, notablemente menor. Esta realidad, sumada a la falta de políticas de empleo inclusivo en el mercado ordinario, hace imprescindible contemplar ajustes razonables que permitan a cada persona desarrollar plenamente su talento y autonomía.

También defiendo que el ocio debe ser un derecho real: necesitamos espacios sin barreras físicas ni sociales, donde participar en cuadrillas, actividades culturales o deportivas sea una experiencia plena y enriquecedora. Mi compromiso nace de la convicción de que, sin un apoyo público firme y sin desmontar los mitos que aún persisten, seguiremos chocando contra muros invisibles que limitan nuestras oportunidades.

Por eso, abogo por apoyos que garanticen la independencia económica, la accesibilidad universal y la autonomía personal, para que cada persona pueda elegir su camino con libertad. No en función de su poder adquisitivo, sino amparada por un verdadero pacto social basado en la equidad, la inclusión y la solidaridad.